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jueves, 27 de junio de 2013

Cuando llegue el fin

Esta jaula para pájaros disecados
Esta soledad sin modo de empleo
Este silencio
Estos celos de ti
Ese viento que sopla ausente
Disipa este espejismo de felicidad
Graba a fuego en mi pellejo
La marca de este cruel destino
Ya no quedará tiempo para malgastar
Cuando llegue el fin.

Esta madrugada que aún bosteza
Este silencio que solo habla de ti
Estos ecos del pasado
Este cabo suelto
Este abismo que sonríe al verme temblar
No quedarán sueños por cumplir
Cuando llegue el fin.

Acuérdate de mi
Quema mi agenda de cosas por hacer
Recuerda las verdades que escribí
Cuando llegue el fin.

Este abismo cotidiano
Esta noche iluminada
Estas ganas de nada salvo de ti
El alba que le miente a la luna
Esta muerte de un viajante
Esta esperanza falta de fe
Solo las piedras seguirán aquí
Cuando llegue el fin.

Estas manos que ya no escriben
Este corazón cerrado por traslado
Estas deudas de un vividor de vidas ajenas
Este despertar imposible del sueño eterno
No habrá más rival
Cuando llegue el fin.

Acuérdate de mi
Cuando no esté
No odies al jugador
Odia al juego
Cuando llegue el fin

Cuando llegue el fin
No diré todo lo que no te dije
No resumiré mi vida en un papel
Te lo dejaré en blanco para que escribas el final
Cuando llegue el fin

jueves, 20 de junio de 2013

Edificios raros

Edificios raros
Me miran al pasar
No dicen nada
Callan por no llorar

Desde las ventanas
Cristal oscuro sin piedad
Me observan impasibles
Hombres con trajes grises

Ya están aquí
Los abogados de las despedidas
Con su manual de la desesperación
Ya están aquí
Con el cuchillo entre los dientes
Con la resolución final

Salvajes ritos de iniciación
Letras ensangrentadas
La caída dolerá un poco más
Se llevaron ayer la red

El silencio en el ascensor
Dentro de las entrañas de esa bestia
De un edificio raro
Sin alma y sin necesidad

Ya están aquí
Los dueños de la desesperación
Sus maletas de piel
Con tu vida dentro
Ya están aquí
Dispuestos a sellar un pacto con tu sangre
Ven tu desesperación

¿donde puede estar la línea roja?
Esa que no debimos pasar
¿donde quedan esos sueños?
No tienen cabida ya

Ya están aquí
Los dueños de la desesperación
Sus maletas de piel
Con tu vida dentro
Ya están aquí
Dispuestos a sellar un pacto con tu sangre
Ven tu desesperación

Ya están aquí
Los abogados de las despedidas
Con su manual
De la desesperación
Ya están aquí
Con el cuchillo entre los dientes
Con la resolución final

domingo, 16 de junio de 2013

14-02 CUARTO CAPITULO (DESENLACE)





Como una luz en mitad de la más absoluta oscuridad, Alicia vio de repente revelada su verdad, su pasado, su posible destino.
Giró levemente su cabeza, hasta quedar cara a cara con Raphael, con sus intensísimos ojos azules, con sus carnosos labios, colocó la mano en su pálida mejilla, lo hizo dulcemente, a modo de caricia.

No hubiera podido describir con una medida de tiempo real lo que duró ese momento, nunca había experimentado sensaciones tan intensas como las vividas en ese lugar, quizás en otro momento, en otra vida vivió algo así, no podía estar segura, de lo que no cabía duda es que era una sensación nueva para ella.

-“¿A que esperas?”- Le susurró él con voz cálida.
Alicia no sabia muy bien que hacer ni que decir, su único pensamiento era el de besarle.

-“Deja tu mente en blanco querida, acéptame.. bésame y se mía por toda la eternidad”-
Ella no podía eludir las palabras ni las emociones pero un leve resquicio de duda aun aturdía su mente.

-“Nadie te ha querido jamás porque tu alma no pertenece a este tiempo, permíteme que la libere y seamos de nuevo uno,  disfrutemos de nuestro amor los siglos venideros”-
Los labios carmesíes de Alicia estaban cada vez más cerca de rozar el sueño de amor eterno que prometía ese beso, era un salto de fe.

-“No quiero mostrarte todo el dolor que llevo dentro, los días de muerte y desolación que he vivido mientras todo se derrumbaba a mí alrededor, todo menos mi recuerdo de ií, has permanecido conmigo durante el ciclo de varias vidas ¿crees que puede existir un amor igual a este? ¡Que ni la muerte puede vencer!”-

Alicia ya rozaba con la suave comisura de sus labios los de él.
-”Debo advertirte querida que una vez que me aceptes no habrá vuelta atrás, serás eternamente mía, a cambio te diré mi verdadero nombre, el primero.
Serás participe de mí, de mi historia, de mi leyenda.”-

-“No he sentido jamás algo así, deseo entregarme a tu amor, a tus deseos”- Confesó ella.

Según sus palabras eran pronunciadas sus labios se rozaron por primera vez, quizás en siglos no habían estado tan cerca, durante un leve instante el tiempo se detuvo en aquel beso, la magia se hizo realidad, el amor fue mentado con tal fuerza que Alicia no quería que ese beso terminara nunca.
Noto una agradable sensación, un olor a divinidad, a algo sagrado.
No podía ser más feliz, era el mejor momento de su vida sin ningún lugar a dudas, sentirse por fin amada, comprendida, ya no existían para ella, en ese instante, ni los complejos, ni las burlas de sus compañeros de clase ni las discusiones con sus padres o su hermana, era por primera vez en su vida, feliz.

-“Esta hecho”- Dijo él mientras dio un paso atrás con una extraña mueca, como una extraña sonrisa malévola.
Un extraño torrente de sentimientos encontrados recorrió el cuerpo de Alicia provocándole unas fuertes sacudidas.

-“¿Qué me ocurre?”- Dijo con voz lastimosa.
-“Ya ha comenzado”- Respondió él con tono misterioso.
-“¿Qué ha comenzado? Aaaaaahhh...”- Exclamó mientras una punzada de dolor recorría sus venas, era un dolor indescriptible, muy fuerte como nunca había sentido antes.

-“Creo que lo justo llegado a este momento es que sepas lo que te está ocurriendo”-
Aquellas palabras no le sonaron muy bien a Alicia.
-“Eras una chica menospreciada por todos, por tus padres, por tu hermana, por tus compañeros... Solo ves en ti misma oscuridad, defectos, no tienes nada en este mundo por el que seguir adelante salvo ese estúpido perro y todos lo saben”-

El dolor iba en aumento y Alicia no podía aguantar más.
-“Puedes gritar, no me ofenderé, si yo pudiera sentir dolor imagino que no lo pasaría nada bien en tu situación, no te preocupes estamos solos nadie más te vera llorar”-

Alicia no podía hablar, el dolor era tan fuerte que creía que se le iban a separar los miembros de su cuerpo, con sus ojos envueltos en lagrimas, pudo ver entre los pies de Raphael la cabeza de Roko separada de su cuerpo, el can yacía inerte a unos metros.

-“Imagino que el dolor no te permitirá hablar, pero como no me gusta incumplir un pacto ya que como imaginaras soy un caballero, te diré mi verdadero nombre, obviamente no es Raphael ¿quién querría llamarse así? Es un nombre muy pedante, pero a lo que vamos, mi verdadero nombre...”-

-“¡¿Qué demonios eres?!”- Consiguió gritar Alicia en lo que parecía que podría ser su último aliento de fuerza.

-“¿Demonios?¡ Ja ja ja! Ni mucho menos querida, más bien soy todo lo contrario ¿acaso no te has fijado la fecha que marca el calendario? Imagino que no.. ¿Para que?, ¿Verdad?, Para ti es solo un día más.

-“Contéstame maldito aaaaaaargffff”-
-“Soy lo que vosotros vulgarmente conocéis como un ángel,  después de esta revelación creo que es más que obvio cual es mi nombre, al menos el que vosotros conocéis, habéis mezclado tanto realidad y ficción, historia y mito,  que ya no sabéis que es real y que es la imaginación de algún burdo escritor.”-

El dolor cesó de repente pero Alicia no podía moverse, estaba tendida en el suelo en posición fetal sin poder mover un músculo, intentó hablar y curiosamente no tuvo ningún problema en hacerlo
-“¿Qué ha pasado? ¿Qué me has hecho?”- Preguntó inquisitivamente.
“Yo en realidad no te hecho nada, te lo has hecho tu solita”-
-“¡Contéstame! ¡No me tomes por tonta! ¡Quiero saber la verdad! ¡Me lo debes!”-
-“Yo no te debo nada, pero aun así te lo contaré, es lo mínimo..”-

Raphael se sentó a su lado y se dispuso a revelarle toda la verdad:
-“Como te he dicho antes soy lo que vosotros los humanos llamarías un ángel, mi nombre es Eros, has de saber que todas las leyendas y la mitología tienen su parte de verdad, lo que ocurre es que han sido adulteradas.
Como puedes comprobar ni uso pañales ni llevo un arco con flechas, sería algo muy ridículo ¿no crees?.
 No obstante si es cierto que llevo impreso el sello del deseo, tu deseo en este caso es de sentirte amada, comprendida-. Algo que no es muy difícil de lograr si me permites mencionar.
Verás querida, lo que realmente ha pasado es que has accedido a ser mía, en otras palabras ¿cómo crees que sobrevive un ángel?.  De alguna forma nos tenemos que alimentar ¿no crees?.  Pues bien tu alma será mi alimento, pasaras conmigo mucho tiempo hasta que te consumas y seas inservible, ese es tu destino”-

Los ojos de Alicia enrojecidos en parte por las lagrimas, en parte por la rabia comenzaban a ver una especie de realidad alternativa.
No sabia muy bien que estaba ocurriendo, pero el paisaje se tornaba diferente, irreal, extraño...

-“Así es querida, permanecerás conmigo uno o dos siglos, depende de la fortaleza de tu alma, pero sería de mal gusto dejar tu cuerpo aquí tirado ¿no crees?”-

-“Alguien me buscará, intentarán encontrarme”- Dijo ella como intentando intimidarle

-“¿Quién si puede saberse? No le importas a nadie, por eso te elegí, pensaran que te has ido sin más como hiciste antes otras veces, la falta de amor hacia tu persona es lo que rompe el vínculo con este mundo, además ¿no pensarás realmente que alguien puede encontrarte allá donde vamos, no?
Tu destino es pudrirte aquí toda la eternidad, así de simple, sin más...
Si querías un amor eterno esto es lo que puedo ofrecerte, para que algunos consigan alcanzar el amor otros tienen que sufrir, puedes considerarte una mártir.”-

El silencio se hizo, Alicia ya nunca más podrá volver a pronunciar una palabra, no podrá moverse nunca más, como si unas invisibles cadenas cubrieran todo su cuerpo y amordazaran su lengua.
Solo verá oscuridad para el resto de su existencia, una vez al año como si fuera un regalo, podrá ver una luz entre las tinieblas. A estas alturas ya habréis adivinado que esa luz aparecerá cada catorce de febrero y es porque saldré nuevamente de mi reclusión  a por un alma nueva que encadenar...

(fin de la historia, comienzo de la leyenda)



“Oscuridad, solo oscuridad, la nada absoluta a mí alrededor. Algo que no es fácil de imaginar y menos aun de vivir.
Un recuerdo, una añoranza, como una luz al fondo del infinito, si pudiera tener sentimientos, si algo de mí después de tantos siglos con ellos fuera humano, podría en ese caso llegar a decir que tengo nostalgia de algo, una nimiedad, algo que en este lugar no existe, la lluvia.
Las gotas golpeándote, la tempestad pausada, como el ritmo acompasado del latir de un corazón humano, increíble pero pese a estas eras de hastió, aun están en mi mente.
Cientos de voces resuenan en mi cabeza, almas atormentadas, me es difícil conectar con mis iguales, poder escuchar lo realmente esencial.
Uno nunca puede estar seguro de nada, pero el número ha sido alcanzado, debería ser suficiente para cerrar el Guf, además esa ultima mirada que vi, ese ultimo alma creo que realmente era la de ella.”



viernes, 7 de junio de 2013

14-02 TERCER CAPITULO




Domingo 14 De febrero de 2012:

¡¡Buzz!! ¡¡Buzz!! ¡¡Buzz!! El despertador sonó más fuerte que cualquier otro día,
está a punto de destrozarle los tímpanos.
Alicia abrió los ojos muy despacio, la cabeza le daba vueltas, la habitación parece el “London eye” un día de fuerte lluvia, todo está borroso en su mente.
Se incorporó lentamente, puso sus pies descalzos en la alfombra, deslizó su mirada hacia los pies de la cama y comprobó sorprendida que Roko no estaba, corrió por toda la casa buscándolo, gritando su nombre pero nada..
Se tomó un segundo en su desesperada búsqueda, entro en la cocina y del segundo estante de la repisa cogio un vaso, se acerco al grifo, dejo correr un poco el agua para que saliera mas fresca, abrio el botiquin y saco un bote de pastillas.
Todo le daba vueltas, la sensación era la de tener una gran resaca, como si anoche hubiera acabado ella sola con todo el bourbon que se destila en Escocia.
Alicia se dirigió hacia la puerta, pensando que quizás Roko haya podido salir fuera durante la noche, sabe bien que es algo casi imposible, ya no solo porque el jamas haria eso sino porque era materialmente imposible, todas las ventanas estaban cerradas, incluso la puerta de su cuarto estaba cerrada, aun sin estar en casa sus padres y hermanos siempre la cierra, quizás por costumbre, quizá por si regresan antes, nunca le ha gustado que nadie entre en su cuarto.

Fuera hacía un buen día, había sol y la temperatura aun siendo fresca, era agradable.
Alicia oteo el horizonte desde el ultimo peldaño de la escalera que daba a la calle, con cierto nerviosismo comprobo que no habia rastro de su fiel amigo.
Con paso alterado cruzó la carretera y se dirigió hacia el parque por donde suele sacar a pasear a Roko, imaginando que si por alguna razón ha podido salir fuera de la casa,  estará por los lugares que suelen frecuentar. 
Cuando ya habia recorrido prácticamente todo el parque sin un atisbo de su querido amigo y ya derrotada pensaba en abandonar su infructuosa búsqueda, como un fogonazo, le viene a la mente aquel rincón apartado y lúgubre, donde la noche anterior había conocido a ese extraño personaje. 
El misterioso lugar donde podian co-existir las malezas y los despojos del hombre con la flor mas bella que jamas hubiera podido imaginar.
En ese momento dudó de sí realmente había vivido aquella experiencia o no, dudo de si realmente ese preciso momento, en el que estaba tan angustiada buscando a Roko no fuera mas que otro sueño.
Estaba ensimismada mirando fijamente a ese extraño lugar, cuando de repente, de entre unas sombras que juraria que hace un momento no estaban ahi presentes, vio salir a alguien que caminaba hacia ella, mirándola fijamente.
-“E..E..Eres..”- Mascullo entre dientes Alicia
El silencio suspendido quedo roto por la fuerza de la voz del interlocutor ¿desconocido?
-“Soy Raphael, un placer volver a verte Alicia”-
Antes de que ella pudiera mediar palabra el continuo hablando:
-“Llevo siglos buscándote, he paseado por las calles cubiertas por la peste negra en Paris a mediados del siglo XIV. Degusté un amargo café en Colombia allá por el año 1918 mientras la mal llamada “gripe española” hacía de las suyas y dejaba calles, colegios e iglesias vacías. Incluso creí encontrarte en la Polonia tomada por el ejercito nazi en  1939. Viejos recuerdos, no añorados, recuerdos al fin y al cabo de soledad, de búsqueda.. del amor perdido y no encontrado.”-

Alicia se quedó estupefacta observándole, era un joven de buena estatura, mirada penetrante, tez clara, no era un hombre guapo pero tenía un irresistible atractivo, algo muy difícil de describir.
No sabía que contestar, era imposible que esa persona hubiera estado en esos lugares en esos momentos de la historia, la verdad es que es imposible que nadie de esas épocas pudiera estar vivo hoy en día ¡tendría al menos seiscientos años!
Aun así había algo que le decía que no mentía, el tono de sus palabras, la melancolía que utilizaba al narrar esa soledad..
-“¿Dices que me buscabas? ¿A  mí? Pero ¿Cómo...? ¿No lo comprendo...?”-
Lo normal sería pensar que el joven era algún trastornado, pero esa idea en ningún momento rondó la cabeza de Alicia, tenia una extraña sensación difícil de describir, pero sabia de alguna manera que era cierto lo que decía.

-“Si, ¿Qué duda alberga tu corazón? ¿Acaso no has pasado toda tu existencia esperando algo? Un momento, una luz entre la oscuridad de tu camino..
¡Yo soy esa luz!”-
El clamor de sus palabras hizo que las cigüeñas que anidaban en lo alto del campanario al otro lado del río salieran en estampida hacia el horizonte sin reparar en nada más.
-“Pero eso que dices es... ¡imposible!”- Dijo ella.
-“¿Por qué?”- Le rebatió severamente él.
-“Es imposible que tú estuvieras en aquellos lugares, en aquellas épocas”-
-“¿Imposible? Imposible es sobrevivir día a día sin saber si volveré a verte, mi única razón de ser, mi único aliento era exprimido al máximo en la tarea de buscarte”-

A Alicia, las palabras pronunciadas por Raphael le penetraron hasta el fondo del corazón, se identificaba con esa amargura, con esa soledad.
¿Sería verdad algo de lo que ese extraño le estaba contando? 
Quizá esta sería una buena explicación para su estilo de vida, para esa extraña sensacion de no encajar nunca en ningún lado, de no pertenecer a este tiempo o a esta vida.

-“Te sientes diferente Alicia ¿No es cierto?”-
-“¿Cómo?”- Dijo con voz temblorosa ella
-“Nunca has encajado aquí, ni con tu familia, ni con tus compañeros, ni siquiera en este lugar... ¿No es cierto?”-

Alicia abrió aun más sus enormes ojos de color miel, esas afirmaciones hicieron que un leve escalofrío recorriera toda su espalda.
¿Cómo podía saber tanto de ella aquella persona?
Podría decirse que la conocía mas que su propia familia, mas que ella misma.
Bajo la vista recorriendo el cuerpo del extraño personaje, como si de una aparición se tratara se percató de que Roko estaba sentado a los pies de Raphael,este casi no le prestaba atención, había estado toda la mañana preocupadisima por el, buscándolo y ahora al verla era como si fuera una desconocida.

-“El me pertenece, soy su verdadero amo”- Dijo como adivinando los pensamientos que rondaban la cabeza de ella.
-“¿Co.. Como?”- Preguntó sorprendida de que pareciera que estaba en lo cierto, ya que el can no le prestaba la menor atención.
-“El ya ha asumido su lugar, que es junto a mi, ahora sólo queda que tu entiendas quien eres, el alma que portas”-

Alicia se quedó pasmada, sin poder articular palabra alguna, por un instante su mente quedó completamente despejada, sin dudas, sin recuerdos, sin añoranzas.

-“¡Eso es Alicia! ¡Libérate!”- Gritó nuevamente con fuerza

Ella no sabia bien que hacer, sentía que todo ese dolor que había en el ambiente era causado por su ausencia, podía ver que no era un sueño, que realmente era todo cierto y ese amor estaba ahí esperándola.

-“Alicia, déjate llevar, te mostraré el amor que  me ha acompañado por siglos, el que me ha traído por fin hasta aquí, a encontrarte”-

Ella no podía reprimir esa sensación tan desconocida para ella, esa sensación de paz y amor que no había tenido el placer de saborear en sus veintitrés años de vida, no pudo eludir lanzar la pregunta que hace ya tiempo rondaba su mente;

-“¿Qué eres?”- Preguntó mientras su mirada se fijaba en aquellos ojos tan llenos de vida, alargo dulcemente su mano como queriendo acariciar el viento que los separaba..

-“Lo sabes bien, dilo”-

Alicia no sabia que hacer, le costaba ordenar las palabras y mas aun pronunciarlas.

-“¡Dilo!”- Sonó imperiosa su voz, como un trueno rompiendo la calma de la noche.

Ella dio un paso al frente, apenas les separaban ya unos centímetros.

-“¡Dilo!”- Insistió él con voz encolerizada pero sin perder ese halo de ternura en su mirada.

Alicia se acercó un poco más, notó la frialdad de la faz, acercó sus labios al oído de él y le susurró como en un acto de locura y amor;
-“¡Vampiro!”-


domingo, 2 de junio de 2013

14-02 SEGUNDO CAPITULO




14-02


Sábado 13 De febrero de 2012:

¡¡Buzz!! ¡¡Buzz!! ¡¡Buzz!! Sonó inclemente el despertador marcando las 10:00 AM
-“Pero..¿Qué demonios?”- masculló mientras se desperezaba, Roko estaba a los pies de la cama, con el morro apoyado en el edredón como si nada.
 Alicia alargo su brazo izquierdo con desidia y apago la molesta alarma del despertador, espero unos minutos antes de incorporarse definitivamente.
Tenia la boca reseca, como si hubiera estado toda la noche bebiendo alcohol malo y ahora estaría pagando las consecuencias en forma de resaca.
Roko la rodeo como dándole los buenos días, el can tenia una mirada dulce, como si verdaderamente tuviera sentimientos humanos, bueno mas que humanos, la opinión de Alicia sobre sus compañeros de especie no es que fuera algo de lo que el resto de los humanos podrían sentirse orgullosos.
Una vez en el baño y frente al maldito espejo que cada día le recuerda sus defectos, Alicia se pregunta mentalmente: 
¿Que demonios ocurrió anoche? ¿Sería todo un simple sueño?
Bajo lentamente las escaleras y se dirigió a la cocina a prepararse algo para desayunar, Roko siguió sus pasos como siempre hacia.
Alicia se sentía cansada, realmente cansada, como si un camión de mercancías le hubiera pasado por encima, después hubiera dado marcha atrás sobre ella y nuevamente hubiera vuelto a arrollarla.
 Las horas del día fueron cayendo como las hojas secas caen de los árboles en otoño.
Alicia no dejaba de pensar en los sucesos acontecidos la noche anterior, la extraña voz que creyó escuchar en sueños ¿o no era un sueño?.
La extraña sombra sin expresión que parecía que miraba fijamente hacia su ventana, ¿a dónde iba a mirar? 
No hay nada más en esa orilla del río, tal vez su ventana era como la luz que buscan las polillas, la atracción de esa sombra por su ventana le resultaba extrañamente fascinante.
Era sábado, pero para ella era un día como cualquier otro, no tenia planeado salir a beber y hacer el estúpido en algún bar, tal como era costumbre en sus compañeras. 
La verdad es que lo sabia porque alguna vez sentada en soledad, en el recreo, les había oído charlar sobre el fin de semana, la famosa discoteca o el típico ligoteo solo por ser "guay".
Por lo tanto, para ella era solo un día más,  a excepción de las imágenes que una y otra vez volvían a su mente, el crepúsculo estaba apunto de caramelo y Alicia cogió su cámara de fotos, una vieja polaroid que nadie recuerda ya ni de quien fue.
Siempre había tenido fascinación por las cosas antiguas, le colocó la correa a Roko y ambos corrieron hacia la puerta para contemplar el espectáculo de luz y sombras.

-“El cielo está precioso Roko, fíjate”- Le comentaba al can mientras hacía una fotografía para guardar ese momento, ese pedacito de vida en el recuerdo. 
A los pocos segundos de disparar la fotografía ya comienza a dibujarse, Alicia la va revisando suavemente con su mirada,
-“Parece que ha salido una buena foto Roko”- 
De repente, sin tiempo a nada, Roko cambió de expresión, elevó sus orejas al cielo, giró bruscamente el cuello, se levantó de un salto y se lanzó a correr como un guepardo en plena carrera para atrapar su pieza.
-“¡Roko! ¡Roko!”- Le gritó, pero el can corría sin mirar atrás ¿qué le podía ocurrir al animal? Jamás se había comportado así hasta la noche anterior lo que inquietaba enormemente a Alicia.
El cielo se apagó casi de repente, mientras Alicia observaba como Roko había vuelto a dirigirse hacia el mismo lugar que la noche anterior.
¿Qué puede haber ahí? No dudó ni un solo segundo y con paso firme decidió adentrarse entre las ramas y los esquejes, no parecía que pudiera crecer en un lugar así una rosa tan perfecta como la que vio la noche anterior. 
El paisaje era ciertamente desolador: Bolsas de plástico con leyendas de supermercados enganchadas en las ramas, envases vacíos entre las hojas secas del suelo, un estercolero a decir verdad. 
La vista de Alicia se dirigió hacia un pequeño agujero entre las ramas, como si de una puerta entreabierta se tratara, se apreciaba un suave efecto de luz, de repente una sombra ocupó ese lugar, Alicia contuvo la respiración, la oscuridad dejó paso a una silueta, parecía humana y de gran altura.
Los ojos de Alicia permanecían atentos, como estancados en el tiempo, en ese instante. 
La silueta se volvía cada vez mas clara y avanzaba hacia ella. 
De repente pudo ver que algo acompañaba los pasos de esa silueta, ¡Era Roko! 
¿Pero como podía ser? ¿Qué hacia Roko con ese extraño? 
Por fin la extraña silueta llegó a un punto de luz, a escasos metros de ella, 
-“Ho.. Hola”-  Dijo Alicia con voz temblorosa. 
No hubo respuesta, era extraño pero en ningún momento se sintió amenazada. 
Por fin pudo ver el rostro que tenia enfrente, el extraño al darse cuenta de que ella ya podía ver su cara hizo una mueca, una medio sonrisa.
-“Hola”- Volvió a decir Alicia.
-“Es un precioso ejemplar”- Respondió el extraño.
Alicia quedo sobrecogida por la voz  del extraño, era profunda pero a su vez dulce, como un trueno que se aleja en calma después de la tempestad.
-“Muchas gracias, ¿Cómo te llamas?¿Qué haces aquí?, perdona si esto te parece un tercer grado pero me resulta extraño encontrarte aquí”-
-“¿Aun no lo sabes? Mi nombre lleva pronunciándose siglos, mi camino me ha conducido por fin aquí, a encontrarte”-
-“¿Cómo? ¿A encontrarme?”- Lo normal es que Alicia hubiera pensado que se trataba de un loco, un violador o incluso de algo peor, pero no podía explicar porque sabía que no tenia nada que temer.
-“Llevo buscándote varias vidas”-
-“¿Cómo? No entiendo que es lo que buscas, dime tu nombre por favor”-
-“Mi nombre es Rap..ha..el....”-
Alicia escucho el nombre a duras penas, un fuerte viento golpeó sus oídos y no pudo escuchar más que un zumbido muy molesto...