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lunes, 13 de marzo de 2017

Desordenadas

Esta espada de Damocles
Recién afilada con tus labios
Posada suavemente sobre mi cabeza

Este infinito amargo y vacío
Recién cavado por tus ojos
Enraizado sigiloso bajo mis pies

Esta mesa de centro
Apartada en un rincón
Oscuro y gris
De mi corazón

Y en el vaho del cristal
Tu nombre dicho al frio
Y en el silencio del reloj
Una respiración detenida
Una vida en coma inducido

Este complejo de Electra
Recién diagnosticado por Edipo
Recetado por el desamor

Este obturador disecado
Esta polaroid desenfocada
Quemada en la retina del olvido

Este iceberg ardiente
Esa punta de un alfiler
Este maniquí de puños americanos

Y en la parte de atrás de mi coche
Tu ropa allí tendida
Y en la inmensa carretera
La línea discontinua de nuestra historia

Esta persiana que no oculta nada
Este falso collar de lunas
Este atraco con rehenes
Está fe sin ídolos bastardos

Este infierno helado
Este whisky barato
Está posada abierta en el culo del mundo
Este culo inquieto vestido de negro

Y morir de hambre
Porque amores que matan no mueren
Y rezar solo por incar la rodilla
En el silencio de un cuarto fúnebre

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