Otra noche que no logro dormir,
Tu ausencia pesa como un yunke sobre mi pecho,
Miro mi reflejo en el cristal,
¿Quien es el hombre del espejo?,
No se parece en nada a mi.
Las viejas series de reposición,
La teletienda y los momentos musicales,
Son la única compañía que me queda,
Tu mirada inquisidora detrás de mi nuca,
Aún se siente como un anima helada.
Este romanticismo entre mi insomnio y mi soledad,
Este desvarío entre mi realidad y tu ficción,
Esta noche rota,
Esta vida manchada de ti.
La lluvia felina cae de pie,
Como el gato de schrödinger,
Espero tu silencio agudo,
Otro momento enlutado,
Otro óbito en este salón helado.
Ya no quedan caramelos de colores,
Ya no quedan fotos que enmarcar,
Ya no quedan más momentos que escribir,
Ya no quedan más amores que matan,
Porque como dijo el maestro:
"Amores que matan nunca mueren."
Esta noche de desolación,
Este latido en fase rem,
Esos latidos que dejan sin pulso a los míos,
Este insomnio adormecido.
Mi garganta afloja sus nudos,
Mi libertad grita como un recién nacido,
Y un silencio a pleno pulmón,
Escondido en el ángulo muerto,
Donde nadie me ve,
Me reinventó para volver a creer.
Miro mi reflejo en el cristal,
¿Quien es el hombre del espejo?,
No se parece en nada a mi,
Este romanticismo entre mi insomnio y mi soledad,
Ya no quedan caramelos de colores,
Ya no quedan más momentos que escribir.
Y en el vaho del cristal:
Un hasta siempre...
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